En la economía, como en la política, se avecinan tiempos de incertidumbre. Es en esos momentos en los cuales hay que mantener la cabeza fría y el corazón caliente.
Como casi todo en la vida, el péndulo marca en qué momento nos encontramos. Gobiernos de izquierdas dejando paso a las derechas más acérrimas. Líderes de consenso a un lado y abriéndose camino llegan los nuevos héroes de la testosterona. Los ciclos económicos no son muy distintos a la política. Y negarse a entender que después de años de crecimiento económico llegan siempre las “vacas flacas” es querer negar los ciclos inevitables.
La responsabilidad del asesor es, en mi opinión, acompañar a sus clientes con mayor determinación en los momentos más inestables, en las épocas de mayor incertidumbre. Estos son los tiempos en los que más se necesita la ayuda de “nuestro” especialista.
Tal como se ve en este gráfico, el enfriamiento es considerable y se encuentra en límites realmente delicados. Las empresas más representativas bajan ventas de forma continua, acentuada y preocupante.
Las medidas tomadas, tanto por parte del Banco Central Europeo como de la Reserva Federal son otro indicador de la preocupación que tienen los bancos centrales por el enfriamiento de la economía global. Además, la guerra comercial y el Brexit no ayudan a crear clima de estabilidad política, más bien al contrario.
Por suerte no es todo tan negro: puede que tengamos oportunidades antes de las elecciones en EEUU. Recordemos que ningún presidente ha sido reelegido en segundo mandato si el país ha entrado en recesión. Por tanto, cautela, gestión activa, horizonte de medio plazo y, lo más importante, que las finanzas personales nos permitan dormir por la noche y no ser una preocupación añadida.
El riesgo en nuestra cartera de inversión debe ser siempre proporcional a nuestra capacidad de sobrellevar pérdidas, aunque sean momentáneas.