La relación Economía-Sociedad, tiene vínculos inevitables que forman parte de nuestro día a día, y de aquello que conforma las relaciones entre las personas.
Ayer vivimos un momento convulso que deja patente esta relación. Un jugador emblemático y actual capitán de la sección de Balonmano del Futbol Club Barcelona filtraba de forma intencionaba que dejaba el club, cuando su voluntad era quedarse.
Cuando empezó el Tsunami de la marcha del ídolo, el club optó por mantenerse al margen de la rumorología, de la que cualquier institución debe aislarse para poder tomar decisiones coherentes y beneficiosas para la misma.
Lo cierto es que el jugador a través de los medios que consideró oportunos filtro que fichaba por el Veszprem, por cierto, mientras estaba en negociaciones con el Barça para su renovación. La oferta muy superior a su ficha actual fue filtrada a la prensa, en un claro acto de forzar al club para que le hiciera una contraoferta que igualara la del Veszprem.
El Barça podía actuar de dos formas antagónicas;
Una, desentendiéndose de la coherencia en la austeridad en las renovaciones e incluso los fichajes, o tirar la casa por la ventana y sucumbir ante las amenazas de fuga del jugador ( más de un caso tenemos en períodos anteriores)
La otra, era la actuación de ayer, que tuvo como portavoz y artífice a Enric Masip, actual secretario técnico de la sección. Explico con sinceridad y claridad la posición del Club que intentó dentro de los principios de equidad y proporcionalidad, que el jugador renovase con el Barça, incluso ofreciéndole un contrato vitalicio e incrementando un 20% su ficha actual.
Pues bien, evidentemente el jugador se va, sin mirar atrás, sin considerar el Barça como su catapulta deportiva. Por tanto, una decisión legitima, pero de la que sólo es culpable el jugador.
La posición de Masip, es un ejemplo de coherencia en la dirección y gestión de la sección, y no sucumbió ni ante la sombra de Nagy, ni las filtraciones de la prensa. La economía tiene renglones intermedios que tienen que ver con la gestión de un presupuesto y su ejecución sin excepción. Ayer el Barça representado por Enric Masip nos dio una lección de la que podrían tomar nota nuestros dirigentes políticos.
Es una manera de ser, de alguien con más de veinte años en el club, que no otorga privilegios a nadie sea quien sea. Y que siempre se dispone para dar la cara por el Club ante cualquier adversidad, ayer como jugador y hoy como gestor.