Una muerte anunciada la de Bankia, demasiados activos tóxicos en su balance, desde el principio se anunció que se trataba de una fusión más política que real.
Madrid no lo puede absorber todo, ni siquiera Rato con su barita mágica y menos un conglomerado de Entidades financieras tan expuestas al tocho como las que forman Bankia. En un contexto como el actual resulta inviable.
El Gobierno va a poner sobre la mesa entre 5.000 y 10.000 millones para acelerar el saneamiento de BFA-Bankia, que tiene un déficit de capital de unos 2.400 millones. El problema es que sólo se resuelve la parte del problema urgente, pero la importante sigue latente. La cruda realidad nos indica que Bankia necesitará nuevas inyecciones, además de desprenderse de sus activos tóxicos, y de una restructuración severa de personas y centros de negocio.
De Guindos y Rajoy anunciaron la negativa a las ayudas públicas para el saneamiento de las Entidades financieras, pero cuando el lobo de la quiebra amenaza con dejar a miles de accionistas en la calle, aparece Bruselas advirtiendo que lo único que no se puede permitir Europa es una quiebra de confianza en el Sistema Financiero.
Los Bancos pondrán 20.000 millones en el FGD para salvar a los “Bancos malos”, mientras el Gobierno empieza la nueva ronda con unos 10.000 millones, siempre que Bruselas de su beneplácito.
Lo peor, por llegar. Como un trilogía con mil partes, quedan reestructuraciones severas, Entidades con necesidades inmediatas de liquidez y vencimientos que ahogan sus balances. Quizás el Gobierno debería actuar como no lo hizo en 2.009, y realizar una limpieza utilizando los Fondos del FGD y el BCE, para poner a todos en la casilla de salida.
Un nuevo mapa de nuestro Sistema Financiero con menos Entidades pero de verdad solventes, daría mayor confianza para hacer llegar el nuevo crédito a familias y pymes y no tener que bloquearse en las Entidades por sus propias necesidades de balance.
frase;
“Toda interferencia gubernamental en la economía consiste en conceder un beneficio no ganado, extraído por la fuerza, a algunos hombres a expensas de otros.”
(Ayn Rand)