La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva ha dicho que es probable que la epidemia del coronavirus desacelere el crecimiento económico mundial, al menos a corto plazo, pero también advierte que aún es demasiado pronto para saberlo. Los mercados suelen corregirse también de crisis como esta.
Ahora que ha acabado el primer mes del año, y mirando un poco hacia atrás, veo que hemos asistido a un rally alcista los últimos meses, donde al final, nos hemos acabado encontrando un mercado “sobrecomprado”. En este sentido, cualquier noticia negativa podía ser motivo de una corrección lógica.
En esta situación, podemos asistir entonces, a una recuperación en forma de “V” de los mercados que vuelvan a situarlos donde estaban antes de la crisis del coronavirus.
La amenaza del Coronavirus
El impacto que pueda tener el coronavirus sobre la economía global, debería ser limitado, siempre que quede controlado en un tiempo prudencial y se pueda normalizar y restablecer la actividad empresarial en China. Lo que queda de semana puede ser clave para determinar cuán grave es la epidemia. La rapidez de la propagación del virus ha provocado un cierre casi total en la economía China, que repercute directamente al resto de economías. Y aunque la preocupación de los inversores es creciente, también es cierto que en alertas históricas anteriores, el mercado ha recuperado las caídas más verticales en las siguientes semanas. Ya lo veremos. El cierre de muchos de los negocios, escuelas, etc y el miedo de la ciudadanía, han provocado un descenso a mínimos históricos que puede repercutir directamente en la disminución del PIB de entre un 1% o 2%. Sectores como el financiero, el turismo y el consumo, se ven afectados de forma directa en sus balances y valor en los mercados. Las recomendaciones son máxima cautela, sí, pero con serenidad: apostar por la calma para reducir la volatilidad en las carteras de inversión, e intentar no estar en sectores de máxima influencia ante esta situación.
¿Hacia una corrección moderada?
Es importante seguir muy de cerca la situación real de la economía y lo cierto es que los temores por el enfriamiento de las economías globales empiezan a reflejarse en datos objetivos, como es el caso del PIB en Francia, Italia o Alemania. A favor tenemos 1) los datos del PMI, que sin ser los mejores, marcan un suelo y posible mejora, y por otro lado, 2) los datos empresariales del cuarto trimestre, que son mejores de lo que los analistas esperaban. Por otro lado, los precios del petróleo subieron un 2,6%, impulsados tanto por el ajuste de suministro de petróleo que tienen preparado desde la OPEP para compensar el desplome de la demanda china y el excedente acumulado, como también por los avances recientes en la investigación de una vacuna para prevenir el contagio de la enfermedad.
Es determinante tener en cuenta que nos encontramos en año electoral en EEUU, y eso históricamente siempre ha ido acompañado de subidas en las bolsas.
Con una visión técnica deberíamos estar atentos a los niveles de soporte de los principales índices, para no perder la senda alcista que precedía al coronavirus. Y desde este punto de vista: parece que la tranquilidad se restablece, que la estabilidad vuelve esta semana a los mercados y que la corrección está siendo más moderada de lo esperado.