Recordáis a Rocky Balboa, ¿verdad? Este es uno de sus grandes consejos: “Life’s not about how hard of a hit you can give… it’s about how many you can take, and still keep moving forward.” El problema es que nadie es inmortal y la economía tampoco.
Ni los más positivos esperaban un año de mercados alcistas como el que estamos viviendo, con un panorama que incluye una macro deteriorada y unos resultados empresariales peores de los esperados. Los mercados parece que se han conformado con esta situación, poniendo en práctica aquello de “no news, good news” y si todo se mantiene, aunque sea con pinzas, ya es buena noticia.
Lo mismo ocurre con el crecimiento de Occidente en general, aunque comparándolo con los datos de China, sí que podemos hablar de un claro retroceso en las expectativas de crecimiento global. De todas formas, lo que realmente importa es colocar la deuda a tipos negativos y que alguien la compre, el gran ejemplo de esta dinámica es Alemania: le conceden poder comprar su deuda con interés negativo, y esto es un despropósito para el inversor en una economía que con toda probabilidad este trimestre entre en recesión técnica.
Tampoco podemos olvidarnos de Estados Unidos y de las medidas adoptadas por la Fed, una bajada de tipos en contra de cualquier lógica financiera si nos ponemos puristas, pleno empleo y mercados financieros en máximos históricos …
Con la intención de ser justo, combinando cierto instinto y la perspectiva de la experiencia, tengo la sensación de que estamos frente a un sparring, que aguanta nuestros embistes en la lona. Y nosotros, aun a sabiendas que se tambalea, cerramos los ojos con miedo y ansia y seguimos peleando, esperando que suene la campana y nos salve para después, en el rincón del ring, intentar recuperarlo e inyectarle nuevos estímulos y anabolizantes financieros, confiando en conseguir que se sostenga durante un asalto más.