Quería esperar unos días antes de traspasar a escrito lo que comentaba con mi gente, una pena que ahora se haga en las “redes sociales” y no tomando unas cañas, como cuando era de verdad, os acordáis? Seguro que si.
Soy un hombre de tótems, para que negarlo. Admiro a quien es capaz de transmitirme sensaciones, ideas, experiencias que me hacen mejor, o pienso que así ocurre. Me gusta la gente que no pasa desapercibida, pero que lo hace sin quererlo.
Por eso Pep Guardiola es un referente para mí. Lo es por lo que representa sin quererlo, por lo que transmite sin tener la intención. En resumen, por poner el alma.
Siento orgullo ( y no lo conozco personalmente, pero queda mucha vida por vivir…) cada vez que cuenta su idea del balón, el como, y sobretodo, el fin. Ese fin que sólo es consecuencia de una idea de juego, aunque yo siempre he pensado que es una forma de entender la vida. Y eso que no se confunda que renuncia a ganar, al contrario, nadie nunca me ha transmitido tanta hambre por conseguirlos retos, uno , detrás de otro.
Y es cierto, creo que hoy Pep es mejor entrenador. Cualquier gran entrenador, músico, empresario, etc, necesita una gran derrota para ser mejor. Y hoy, después de lamer las heridas, tengo por seguro, si cabe, que es mejor.
Los necios, hienas y mediocres, se dedican a la critica asquerosa, sin fundamento más que el odio a quien es mejor que uno mismo.
A quien demostró no tener miedo, a quien consiguió enorgullecer a toda una masa social, y a todo un País. Aprovechando la derrota, aparece la mezquindad de quien nunca será nadie más que un crítico castrado por sus propios complejos.
Me gusta la gente que pierde, cuando reconoce la derrota, la afronta y felicita al rival. Me gusta la gente que pierde con humildad, por que cuando gana reconoce el trabajo del rival y no saca más pecho que el del reconocimiento a los suyos.
Me gusta la gente que pierde y que siempre salva a los suyos, sacrificando su propio trabajo, y su propia imagen.
Me gusta que Pep perdiera, eso lo hace mejor, no se va a rendir. Un fracaso a las puertas del Eliseo en un camino en el que quedan cientos de victorias por celebrar, pero sobretodo, queda una “forma de entender la vida” que seguirá asombrando al Mundo, el del fútbol y el de la vida.
Gràcies per la derrota Pep. Avui ets millor.