Transcurridos unos días desde la asamblea extraordinaria del FC Barcelona queda claro que la aprobación de la venta de parte de activos estratégicos obedece únicamente a la necesidad financiera. En ningún caso, tal como además describió el presidente, es una operación que aporta valor al club. Al contrario, debemos ser conscientes que, hoy, el valor del Barça como club es menor que antes de la aprobación de la venta.
Cuando por un problema de gestión ordinaria se convierte en una situación de insolvencia, a veces te ves obligado a vender parte de tu patrimonio para mantener la institución. Y esa es la situación.
De la peor crisis económica de la historia del club debemos sacar algunas conclusiones. Por una parte, financieras, de gestión y dirección, y por otra, de control, de transparencia, para evitar que nunca más debamos recurrir a una asamblea de urgencia a quince días de cerrar el ejercicio, buscando una venta de apariencia desesperada de una parte de nuestros activos estratégicos para salvar un tercer ejercicio económico consecutivo con pérdidas. Esa es la responsabilidad de la dirección del Club, pero también la nuestra como socias y socios del club: Evitar que vuelva a pasar.
Según la propia directiva, en el primer año de mandato no han podido cumplir el presupuesto previsto. Era ambicioso pero realizable, clave para volver a una situación de equilibrio presupuestario y así recuperar los beneficios de explotación y un resultado positivo en el ejercicio contable. Volvemos a topar con la cruda realidad, unas pérdidas que podrían llegar a los 150 millones de euros según las declaraciones del presidente en la última asamblea. Ello significaría certificar el segundo peor ejercicio en la historia del club, que además crearía una clara y natural desconfianza de acreedores, proveedores y financiadores.
Veamos en qué no hemos cumplido para pasar de cinco millones de euros a perder 150 millones de euros en un breve cuadro en el que aún nos quedan cifras por saber, que llegarán con el cierre del ejercicio.
Es evidente que no se ha cumplido con la reducción de gasto, ni en el apartado de ingresos, traduciendo el presupuesto en un resultado de un subyacente en pérdidas de 150 millones de euros aprox. Ante esta situación y el inminente cierre del ejercicio, la directiva ha optado por la venta de activos que tienen interés para un tercero, sea socio financiero y/o empresarial.
Por un lado, los derechos televisivos, que son los ingresos más estables de un club de fútbol. Además, a través de la historia, en una línea ascendente, ya que el Barça ingresa hoy 165 millones de euros anuales, mientras en la temporada 2016-2017 recibía 146 millones de euros. El Barça venderá a un tercero hasta el 25% del porcentaje previsto. Ello implica que deja de obtener 40 millones de euros anuales, que se van al socio financiero.
Por lo tanto, y en un período máximo de 25 años, deja de ingresar 1.000 millones de euros, sin siquiera realizar incrementos en el precio de esos derechos. Resulta positivo haber pactado el derecho de recuperación de ese tanto por ciento que hoy se vende. Aun así, el hipotético acuerdo genera un sinfín de preguntas retóricas: ¿Cuánto y cuándo es demasiado beneficio? ¿Cómo puedo calcularlo? ¿Plasmarlo en un contrato? ¿Y la recuperación de los derechos cómo se estructura? ¿Deberá el Barça abonar cantidad alguna para la recuperación del 25% que hoy vende? ¿En qué condiciones? ¿Con qué valoración de la compañía, la actual o la que encontremos dentro de 25 años? Demasiados interrogantes para un pacto realmente complejo.
Última reflexión en torno a los derechos de televisión, aceptando que es la opción que nos permite equilibrar balance y aliviar parte de las pérdidas acumuladas: ¿No merecíamos los socios más información de la operación de venta?
La segunda venta, consistente en un máximo del 49,9% del accionariado de la empresa BLM (Barça Licensing & Merchandising), se estima en un valor no inferior a 200 millones de euros, y según se comentó en asamblea, la intención es llegar a cerca de los 300 millones.
Subrayemos de antemano que la evolución de BLM es positiva y el plan financiero para la temporada que viene superaba los 100 millones de euros en ingresos para el club. Por lo tanto, estamos hablando de una compañía que únicamente tuvo un resultado por debajo de las expectativas en plena pandemia, pero que de forma recurrente aporta al club más de 50 millones de euros por temporada.
Cuando se valora una compañía para una posible venta -lo que se denomina un “libro de venta”-, se pueden utilizar distintos múltiplos; rentabilidad, facturación, margen de explotación, etc. Depende del sector el multiplicador que se aplica, aunque no es inferior a ocho ni superior a doce.
Si la media se sitúa en 49 millones de euros anuales, la valoración del 49,9% se sitúa en 196 millones de euros. Si, en cambio, el múltiplo es superior, podría valorarse el 49,9% por 294 millones de euros y estaría dentro de los estándares de operaciones similares por sector y multiplicador.
Lo importante en la venta de un activo estratégico con un potencial de crecimiento alto consiste en saber determinar el socio empresarial que te puede ayudar a multiplicar beneficios por encima de tus expectativas y así conseguir minimizar el impacto que te supone dejar de ingresar el 49,9% de los beneficios de BLM. ¿Sabemos que la operación se mueve dentro de los estándares similares a sector y fórmulas de valoración? Ahora, la pregunta sería: ¿A quién vendemos? ¿Con qué criterios? ¿Bajo qué plan financiero? ¿Y cómo minimizamos el impacto de la pérdida de ingresos?.
Es evidente que nos hallamos ante un nuevo «match ball» que viene de una gestión imprudente y temeraria de la anterior Junta
De nuevo nos encontramos en una operación que podemos entender por la necesidad imperativa de equilibrar balance, limpiar deuda y dejar de estar sometidos a la norma 1/3 y ¼ por lo que respecta a la masa salarial de la plantilla impuesta por la Liga de Fútbol Profesional. Volvemos a la pregunta retórica: ¿No deberíamos disponer ya de la información sobre el socio, precio y plan financiero para tener las respuestas necesarias ante una venta de activos histórica?
Es evidente que nos hallamos ante un nuevo match ball que viene de una gestión imprudente y temeraria de la anterior Junta. En el plano financiero, con operaciones de crédito sin sentido, a corto plazo basadas en una supuesta urgencia deportiva sin ningún tipo de estrategia ni plan para evitar cualquier mínima contingencia.
En resumen, el Barça puede obtener entre 600 y 800 millones de euros al desprenderse de tales activos, pero deja de ingresar 100 millones al año con la venta del 25% de los derechos de televisión y la venta del 49,9% de BLM. Ello supondrá un menor ingreso anual situado en torno al 14,4% anual. En consecuencia, el impacto es importante por lo que respecta a los ingresos y se deberá buscar con urgencia la manera de equilibrar el balance y obtener nuevos ingresos que permitan realizar una eficiente gestión ordinaria del Club.
Las incertidumbres continuarán. Y dejar el Camp Nou para acometer el nuevo Espai Barça también significará un notable descenso de ingresos en el matchday. Por lo tanto, el Barça deberá ser capaz de contemplar contingencias en forma de pérdida de ingresos, si no quiere encontrarse en una situación de inestabilidad financiera a corto plazo.
No queda otra salida: el área deportiva debe gestionarse desde la austeridad, sin renunciar a competir, acertando en lo posible
En lo personal, me gustaron algunas de las intervenciones vividas en la asamblea, en las que se pronunciaron palabras como prudencia y equilibrio financiero. En mi opinión, sólo se debería dedicar un 20% de los ingresos a la incorporación de nuevos refuerzos. Parte del porcentaje restante debe ir a caja, a prever contingencias de recorte en ingresos por distintas causas. También, otro tanto por ciento debe dedicarse a la reestructuración de la deuda. Recordemos que existen dos créditos de importante cuantía con Goldman Sachs. Uno de 180 millones con vencimiento a doce meses y el segundo, de 600 millones con vencimiento a trece años. En consecuencia, el Barça debería amortizar parte de estas obligaciones financieras con el objetivo de ir saneando la deuda.
No queda otra salida: El área deportiva debe gestionarse desde la austeridad, sin renunciar a competir, acertando en lo posible. Sobre todo, resulta importante transmitir el mensaje: Las ventas no se destinan a fichajes, sino a sanear el Futbol Club Barcelona para que vuelva a ser viable y sostenible. Esa es la premisa, y a la vez, el reto más importante sin duda para el actual mandato de Joan Laporta.
Artículo publicado originariamente en Via Empresa, 23 de junio 2022