Soy convencional seguramente, conservador en los rituales al estrenar nuevo año dirían otros, en realidad tienen razón, soy un profundo amante de ciertas rutinas que sirven cómo casilla de salida.
La nueva agenda, conservando y archivando las anteriores, pudiendo llegar a tener escritas anécdotas, visitas, viajes desde el comienzo del proyecto, y repasar con la media sonrisa de la nostalgia la ilusión de los comienzos.
Los propósitos, escribirlos, casi tatuarlos para que en la vorágine de los meses no se olviden, no se pierdan… desde hace tiempo opté por un máximo de cinco realizables pero exigentes. Y sobretodo, que dependieran exclusivamente de mí, de mi esfuerzo, o de mi constancia, o de mi dedicación, etc… y así, no poder culpar a los demás de no conseguir alguna de las metas, creo que es un buen comienzo.
Sin caer en la falsa positividad, sabiendo y siendo consciente de las dificultades y los errores del pasado, se construyen mejor nuevos puentes, y se fortalecen los erosionados por el paso del tiempo, las relaciones que siempre desgastan y las urgencias de la inmediatez que tanto ahoga.
En especial lo veo en el comienzo de este año, seguramente por el sector en el que trabajo, y el desastre del pasado año… y siento como en general hay un sentimiento de ilusión por mejorar, tanto en lo individual como en lo colectivo. Eso de si le va mejor al sector, a mí también.
En eso consiste ser consciente de lo colectivo, al final el bien del “gremio” es el bien común, aspirar a ello no debe ser una quimera, sino un propósito. Sin caer en el buenismo, es esencial mantener una férrea convicción en ser mejor sin desmerecer el trabajo del otro, que al final, está al lado.
Una de mis grandes ilusiones que se cumplen, y hacen que empiece con ilusión y energías renovadas este 2019, es la realidad de un proyecto que empezó hace ya cinco años y que hoy aúna a grandes profesionales con un fin común, de igual a igual, socios y personas que trabajamos con un mismo objetivo, con unos mismos valores y con la convicción de seguir dando el mejor servicio a nuestros clientes que nos depositan su confianza y nos sirven como la mejor motivación para seguir creciendo.
Mi agradecimiento eterno a todos los que hoy conformamos el proyecto, cada uno esencial, cada uno indispensable.